martes, 21 de agosto de 2007

Un lago en el cielo by: Vanillasky

La gente caminaba como siempre, los autos frenaban como todos los días, el clima no variaba lo suficiente como para tener una gama muy diversa de ropa en el closet.Era otro día más que transcurría entre estudios mediocres y libros leídos a la rápida, hasta que el arte me impresionó. No podía creerlo. Nunca había sido admiradora del arte, solamente me atraía una pizca la literatura bien escrita con lenguaje confusamente explícito, libros que debían ser leídos sosteniéndolos con la mano derecha, mientras que en la izquierda se mantenía un diccionario con ánimos de ser una buena guía, pero ese día la fotografía deslumbó mis ojos, pude decir con certeza que me encontraba frente a creaciones fantásticas nunca antes vistas realizadas con un toque de tecnología, aunque solamente bastaba el talento. Al día siguiente la intuición me obligó a soñar con algo realmente inexplicable: hablar con el artista en cuestión. Ese sueño comenzó una tarde de mayo a la hora de la siesta. Ni mis ojos daban crédito a lo que sucedía. Todo era tan magnífico, tan divertido, hablar de fotografías, arte y de nuestras vidas personales, luego despertaba y me sentía bien, tal vez podía morir tranquila, porque había encontrado lo que buscaba, un lazo que me faltó siempre y que sin haber sabido cómo tendría que ser, al momento de tenerlo frente a mí, supe que era eso lo que busqué por tantos años. Esa misma noche me acosté a dormir y soñé lo mismo. Ese artista tan noble aparecía en mi mente denuevo. La historia no estaba escrita aún, no estaba finalizada, y día tras día, noche tras noche, se escribía un nuevo capítulo, donde me sentía más protagonista que Harry Potter en su propia saga. Cada noche veía a ese artista entre sueños confusos y una vida monótona a la cual estaba acostumbrada. Conocí el arte, museos, obras tangibles, conocimientos adquiridos con facilidad por nuestro advenimento, descubrí que amaba el arte en secreto y al notarlo pude impresionarme a mí misma.
Muchas veces pensé que era una broma del destino o que era producto de mi imaginación haber creado dicho ser en mi mundo, tan leal, tan incodicional, tan bueno y tan querendón. Su amistad me transformó, y su presencia se volvía una adicción enfermiza. No pasaba día que no habláramos en mis sueños, en que no nos encontráramos en mis noches de desvelo. Un sueño lúcido que se veía real, a veces obstaculizado por distancias estratosféricas, pero me sentía a su lado sin excepción. A la mañana siguiente desperté con un dolor de cabeza que me partía el cráneo en cinco partes, y al abrir los ojos vi una lámpara mágica que comenzaba a lanzar humo. Me asusté, pensé que alucinaba o que era producto de la jaqueca liquidante. Pude ver su cara y mis ideales comenzaban a realizarse. Apareció frente a mí, en cuerpo y alma, en materia tangible, en realidad palpable. Hacía varios años que no sentía tanto cariño por alguien. Ese humor tan especial que me hacía reír día a día, las tonterías que comentábamos, los pasos que se necesitan para evolucionar de ingeniero comercial a peluquero mientras una madre estaba al borde de un ataque de nervios esquizofrénico sin retorno a la lucidez, el buen gusto por la ropa y la compañía eterna que me malacostumbraba a olvidar lo que es el silencio y las tardes pensativas en mi sillón. Encontré una aguja en un pajar, un cd es una disquería, un lápiz en un depósito de librería, un lago en el cielo. Un lago en el cielo es mi regalo.
-¿Quieres fumar?-
-¿Ah?-Pregunté distraída
-Quizás qué estabas pensando-
-Nada, nada especial-
-Te traje un regalo-
-¡Mentira!-Dije impresionada
-La crockera ¿Te acuerdas?-Preguntó sonriendo

(Título sacado de "Un lago en el cielo" de Gustavo Cerati)

http://ansiososgestos-pasosidos-elcuento.blogspot.com/

No hay comentarios: